Los combustibles renovables son aquellos que se obtienen a partir de fuentes inagotables y sostenibles, son considerados renovables porque se renuevan continuamente a una tasa más rápida de lo que se utilizan.
El uso de combustibles renovables es importante para abordar los problemas relacionados con el cambio climático y mejorar la seguridad energética. Estos combustibles pueden ayudar a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la sostenibilidad a largo plazo.
A continuación veremos los que podemos usar en nuestra vivienda.
Biomasa
¿Qué es la biomasa?
La biomasa es una fuente de energía renovable que se deriva de materiales orgánicos, como plantas y residuos animales o forestales. Se puede convertir en combustibles líquidos, gaseosos o sólidos para ser utilizados como fuente de energía para calefacción, generación eléctrica y otros usos. La biomasa es una alternativa sostenible a los combustibles fósiles, ya que su producción y utilización generan una cantidad limitada de gases de efecto invernadero.
Los principales tipos de biomasa que se utilizan en una vivienda son la leña, el carbón vegetal, las briquetas y los pellets, también existen otros tipos de biomasa pero no suelen destinarse para uso doméstico como lo son las cáscaras de frutos secos, almendras o nueces, restos de poda, serrín, huesos de aceituna, etc. También cabe mencionar que en regiones pobres, se hace uso de los excrementos de animales a modo de combustible para cocinar o calentarse.
Los más utilizados para el hogar son:
- Leña: Es un tipo de biomasa sólida obtenida a partir de cortes de árboles y otros materiales de madera. Se utiliza comúnmente como combustible para calefacción y cocción de alimentos en hogares y comunidades rurales. Algunos de los mejores tipos de leña son la de roble, arce, encina, olivo, abeto, cedro, entre otros, brindando una gran cantidad de calor y una larga duración del fuego.
- Carbón: antiguamente tenía mayor utilización en el hogar, el carbón es un combustible sólido obtenido a partir de la descomposición de materia orgánica en condiciones de baja oxigenación.
- Briquetas de madera: Son bloques de biomasa comprimidos, a menudo a partir de residuos de madera y otros materiales orgánicos.
- Pellets: Son pequeños cilindros de madera comprimida que se utilizan como combustible sólido para calefacción en hogares y pequeñas comunidades. Son una alternativa más conveniente y manejable a la leña.
Para estos tipos de biomasa hay gran cantidad de calderas y estufas especializadas para obtener calefacción para nuestro hogar de una manera eficiente, siendo una de las formas de calefacción más barata para nuestro hogar. Algunas son compatibles también con otros tipos de biomasa ya mencionados.
A continuación veremos una tabla comparativa del poder calorífico de los distintos tipos de biomasa:

Biogas
El biogás es una de las mejores opciones para sustituir nuestra dependencia de los gases de origen fósil para nuestro hogar, pues constituye un combustible renovable que se produce a través de la digestión anaeróbica de material de desecho orgánico, como restos de comida, estiércol animal y aguas residuales. Está compuesto principalmente de metano y dióxido de carbono, con trazas de otros gases como hidrógeno, nitrógeno y oxígeno.
El biogás tiene varias características que lo convierten en una fuente de combustible renovable atractiva:
- Renovabilidad: el biogás se produce a partir de residuos orgánicos, que es un recurso renovable, lo que lo convierte en una fuente de combustible sostenible.
- Alto contenido energético: el biogás tiene un alto poder calorífico, lo que lo convierte en una potente fuente de combustible que se puede utilizar para calentar, cocinar y generar electricidad.
- Ahorro económico: pues nos permite obtener gas gratuitamente a partir de productos de desecho.
- Combustión limpia: el biogás se quema de forma limpia y produce menos emisiones en comparación con los combustibles fósiles.
Para utilizar el biogás para uso doméstico, es necesario instalar una planta de biogás, también conocida como digestor anaerobio. La planta procesa los desechos orgánicos para producir biogás, que luego se puede almacenar y utilizar según sea necesario. El biogás se puede usar para calentar el hogar y cocinar conectándolo a una estufa o caldera. También se puede utilizar para generar electricidad haciéndola funcionar a través de un generador.


Es importante tener en cuenta que las plantas de biogás requieren un diseño y un mantenimiento cuidadosos para garantizar un rendimiento y una seguridad óptimos. Se debe consultar a un instalador profesional para determinar la viabilidad y el costo de instalar un biodigestor para uso doméstico.
Biodiesel
El biodiésel es un combustible alternativo a los combustibles fósiles tradicionales como la gasolina y el Diesel. Se produce a partir de materias primas renovables como aceites vegetales (como el aceite de soja, palma, oliva, etc.), grasas animales y residuos de alimentos.
El proceso de producción del biodiésel implica la reacción química de los ácidos grasos presentes en las materias primas con un alcohol, comúnmente metanol, para producir un éter metílico que puede ser utilizado como combustible en motores Diesel sin necesidad de modificaciones significativas.
Además de ser renovable, una de las principales ventajas del biodiésel es que es biodegradable y produce menos emisiones contaminantes que los combustibles fósiles. También se puede mezclar con Diesel convencional para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la calidad del aire.
¿Cómo producir biodiesel?
Es posible producir biodiésel de forma casera a partir de materias primas como aceites vegetales usados o grasas animales. Sin embargo, se requiere un conocimiento básico de química y seguridad, así como un equipo adecuado para llevar a cabo el proceso de producción.
El proceso básico para producir biodiésel es el siguiente:
- Recolección de materias primas: se pueden usar aceites vegetales usados o grasas animales. Es importante asegurarse de que las materias primas estén libres de impurezas y no hayan sido sometidas a altas temperaturas.
- Limpieza de materias primas: las materias primas deben ser filtradas para eliminar cualquier partícula sólida o impureza.
- Mezcla de la materia prima con un alcohol: Se mezcla la materia prima con un alcohol, comúnmente metanol, en una relación determinada.
- Adición de un catalizador: Se agrega un catalizador, como hidróxido de sodio o potasio, para facilitar la reacción química.
- Reacción química: La mezcla es calentada y agitada hasta que se complete la reacción química para producir el éter metílico.
- Separación y purificación: El producto final debe ser separado y purificado, mediante un proceso de decantación donde se acumulará en el fondo del recipiente de decantación la glicerina y el la parte superior quedará el biodiesel.


Es importante destacar que la producción de biodiésel casera no es un proceso seguro para personas sin conocimiento y experiencia en química y seguridad. Por estas razones, se recomienda encarecidamente consultar a un profesional antes de intentar producir biodiésel de forma casera.